Lo que yo no quiero, y lo que si

Yo no quiero 2

Yo no quiero, aunque no me crean, llegar hasta el borde de la vida, a ese punto donde sólo se existe pero no se es, donde el verbo vivir se convierte en olvido. Habría en mí; sensación de extrañeza en medio de tanta realidad difusa, sería como convertirme en un secreto que nadie quiere saber, o en un fabricante de murmullos que sólo pasa de largo, sin dar los buenos días a nadie porque; ¿para qué? Se quienes son pero no los conozco, ya no me importarán, no mucho, más bien nada.

No, yo no quiero llegar hasta el borde de la vida sin conciencia de mí mismo, me caería, me despeñaría en lo más profundo de la indiferencia propia, del no “me importo”, y es que disfruto tanto sentir la grandeza de lo evidente, de lo real en toda su simpleza, porque es parte de un todo, porque se fusiona con armonía de concierto a plenitud. Amo la presencia de la gente, que; de tan cercanas, casi están adentro. Amo las formas de las cosas, su luz, su olor, su textura, en fin; su presencia en esta totalidad; que sin egoísmo me incluye, a pesar de los pesares, como algo más del conjunto.

Quiero sí, porque algo tengo que querer, estar completamente vivo el día de mi muerte… hasta el último segundo.

Deja un comentario